13.8.14

Silbidos de pájaro ( I )

I
He recorrido tus curvas,
tus largas autopistas,
y he tenido accidentes
conduciéndote al orgasmo.

II
La vida no es dar mordiscos a bombones
y ver qué te toca,
la vida es morderte a ti,
comerte y saborearte entero.

III
Como una tormenta
me has caído encima,
quisiste derribarme y,
lo siento, 
porque muy a tu pesar,
sigo viva.

IV
El café,
con leche,
con azúcar,
y contigo.

V
Soñaba cada día con hacerla crecer,
regándola con lágrimas de felicidad.
Soñaba con que ella se viese bella,
y puso la primavera a sus pies.

VI
Soñaba tanto
que el día que despertó
sintió la muerte
estando vivo.

VII
Las uñas rojas,
a juego con la sangre que dejaba
en cada arañazo.

VIII
Ni rubia como la cerveza,
ni el pelo color vino tinto,
pero tenía el frescor que deseaba en verano.

IX
Maniático para todo.
Maniático del orden y la limpieza.
Maniático con sus cosas.
Y qué manía más tonta tenía de quererla.

X
Los mejores buenos días
se los decían sin palabras.
Buenos días era el sexo salvaje de por la mañana
y los besos en la cama.

XI
Tenía un olor inconfundible
olía a mar revuelto,
a furia de tormenta,
olía a la libertad de los pájaros.
Olía a color rojo.

XII
Cayeron todas las gotas,
y sus ojos eran nubes grises
que no paraban de llover.

XIII
Correr sin rumbo fijo
para tropezar en sueños
y despertar cansada de soñar.

XIV
Parecía una sirena
cuando nadaba en ese mar
de lágrimas.

XV
Como cristal
¡crack!
y mil pedazos de cielo
le cortaron las ganas
y la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario