31.7.14

Hola, qué tal, cómo te va la vida

No sé si has oído hablar
de esos encuentro horribles,
esos encuentro casuales 
entre conocidos 
que no se conocen 
y que sólo han hablado del tiempo
con música de ascensores
de fondo.

Esos encuentros que se quedan
en un "hola, qué tal,
cómo te va la vida".

Pues qué tal
si te como a besos.
Qué tal si te quedas
qué tal si esta vez no te vas 
y nos conocemos un poco más.
Qué tal si nos vamos los dos
tomamos algo,
nos reímos del pasado
y acabamos en cualquier bar.
Qué tal si vienes conmigo
y no te dejo marchar.

Y qué tal si te digo
que te quiero.
Qué tal si me quieres.
Qué tal si resulta
que estamos hechos el uno para el otro.

Qué tal si dejamos a un lado lo de conocidos
y pasamos a conocernos
de verdad.

Que qué tal te va la vida
bien pegada a la mía.
Que qué tal me va la vida,
pues perfectamente,
contigo.


23.7.14

Prometo

Podría contar cada una de las paradas de metro
en las que ni me he enterado de dónde estaba.
Podría contar los trayectos hacia no sé dónde exactamente,
porque yo viajaba en otro mundo.
Podría contar la de veces que he leído ciertas palabras
y me han hecho reír,
y me han hecho llorar.
Podría contar las carcajadas ocultas tras unas páginas
o las lágrimas que no he derramado para no mojar las hojas.
Podría contar todas las palabras que he escrito,
las que me han llevado a sitios lejanos, 
a pesar de viajar en metro.
Las que me han zarandeado en el tiempo
como si fuese un trozo de papel en un fuerte viento de escritura.
Las palabras que significaban cosas 
que ni estaban escritas
ni entendía nadie.
Y la de promesas que habré hecho
que por esta estúpida cabeza he olvidado una y otra vez.
Pero hay un par de cosas que he prometido
que jamás dejaré de hacer.
he prometido no dejar nunca de leer,
he prometido no dejar nunca de escribir,
y el resto de promesas,
te prometo que las iré cumpliendo.






Fotografía de Álvaro Ruiz García

14.7.14

Religión para ateos

Y yo,
atea,
he gritado a Dios 
cuando tocaba el cielo.
He gritado su nombre 
hasta quedarme sin aliento.

He rozado el Paraíso 
sin creerme ni una palabra de la Biblia.

Y aún así,
tengo por religión quererte,
como yo me quiero.

Y entre mis diez mandamientos,
incluyo el sexo,
y actos impuros.

La fe,
consiste en creer más en mí,
y seguir creyendo en ti.

Y el cielo 
y el infierno,
se rozan cada noche,
se tocan cada día.

Y me encanta verte desnudo,
como Dios nos trajo al mundo,
me encanta comer la fruta prohibida,
y me encanta pecar contigo.

Y yo,
atea,
que pensé que no creía en nada,
entendí que sólo creo en 
nosotros.






4.7.14

Canibalismo en la cama

Me pone el canibalismo extremo
al que jugamos en la cama.

Destrozarnos a arañazos,
dejarnos marca.
Morderte hasta la sonrisa,
devorarte el alma.
Clavar mis uñas en tu espalda,
ver como el placer te sangra.
Me pone gemir,
gritar de rabia,
de ganas de más,
agarrar las sábanas.

Me pone cuando me miras,
y se te va la mirada,
me ponen tus ojos en blanco
cuando estallas.

Me pone cuando me susurras,
bien pegado a mi espalda.
Me pone tocar el cielo
sin moverme de la cama.

Me pone que me digas
"te quiero".
Me pone quererte con ganas.