23.5.14

Ni Spiderman ni Batman, tampoco Superman

Que los superhéroes no existen, dicen. Y es que está claro que nadie ha visto uno salvando una ciudad, ni volando entre las nubes.

El problema es que los superhéroes de verdad no van vestidos con capas y antifaz, que no llevan una máscara roja y azul, ni un traje negro, los de verdad llevan los calzoncillos debajo de los pantalones y quien los conoce sabe su nombre y apellido. No tienen que esconderse en cabinas telefónicas a ponerse su disfraz, sin embargo hacen que te cambie la cara sin ocultarse. Quizás no te lleven volando, pero pueden subirte a las nubes. 

Una noche, sin esperarlo, conocí a uno, que sin máscara, sin disfraz, sin una capa ni un coche vistoso, salvó una ciudad casi en ruinas. No le hizo falta una señal, apareció de forma casi mágica, y donde encontró villanos empezo a matarlos, usó sus mejores armas, fue asegurando la ciudad, recuperando sus calles, devolviéndoles la vida, dándoles esperanza, alegría, un futuro mejor. 
No le hizo falta una araña para tener superpoderes, ni mucho dinero para conseguir hacerlo, no necesitó un elemento extraterrestre, simplemente  llegó con ganas, con fuerza, con una sonrisa y la cabeza alta, llegó con valor y recuperó una ciudad. 
Resultó tan brillante y llamativo como un "PUM!" en una viñeta de un cómic, resultó ser el héroe que otros no vieron, el que una ciudad supo atraer y hacer que se quede. 

Hay héroes desconocidos por muchos y únicos para otros, héroes de cómic, de película, héroes de ciencia ficción, extraterrestres, humanos, con poderes o con dinero, hay héroes de todo tipo, los hay hasta de verdad.


Será por eso que ya no temo a los villanos.

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